El cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres de todo el mundo. Supone un gran impacto psicológico para las pacientes y su entorno. Por ello, la intervención no ha de centrarse en exclusiva en el abordaje puramente biomédico sino en todas las esferas que puedan afectar a la calidad de vida de las pacientes, entre ellas el malestar psicológico. Los estudios muestran una prevalencia de trastornos psicológicos en torno al 50%. Se han propuesto diferentes formas de apoyo psicológico y terapias que pueden mejorar la calidad de vida de estas pacientes. El carácter inevitable de la situación que supone el cáncer hace más lógico la aplicación de abordajes que trabajen actitudes de aceptación hacia la situación vital. En los últimos años ha surgido un gran interés por el estudio y la aplicación de terapias novedosas basadas en las Terapias de Tercera generación. Dado que nuestro objetivo principal es buscar la mejor adaptación y aceptación posible de las pacientes a la enfermedad, hemos utilizado herramientas basadas en Mindfulness y en ACT buscando fomentar la actitud de aceptación y reducción del malestar emocional que promueven estas técnicas.