LA DEUDA EXTERNA, esa "esclavitud del tercer milenio" como la definiera alguien, no solo se ha consolidado como un verdadero sistema cuyos únicos beneficiarios son las grandes instituciones financieras, sino que ha logrado modificar el orden jurídico internacional, al extremo de haber dejado de lado el concepto de soberanía absoluta de los estados, que ahora son considerados como vulgares comerciantes que pueden ser juzgados en cualquier jurisdicción ordinaria. El estado de derecho ha cedido ante el avance del capitalismo depredador, habiéndose consagrado la impunidad del sistema a través de una estructura legal acorde a todas sus imposiciones, donde el FMI es el único organismo inmune a cualquier acción jurisdiccional, con una jerarquía superior a la que tiene cualquier Estado soberano.
En el libro se muestran las evidencias que obran en las investigaciones sobre la deuda que tramitan en los tribunales federales respecto al sector privado y a las responsabilidades de los funcionarios públicos, planteándose algunas cuestiones jurídicas no demasiado debatidas, que están inescindiblemente relacionadas con las obligaciones externas. El autor pone en evidencia la subordinación de los organismos del Estado a las decisiones y los planes instrumentados por el sistema financiero a partir de la dictadura militar, y su continuidad a través de los gobiernos de la democracia, sosteniendo que mientras no se cambie esa estructura legal de la dependencia, la deuda seguirá siendo el gran problema de la economía argentina.