El teatro intensamente dialéctico de Antonio Buero Vallejo, el mejor dramaturgo español contemporáneo, tiene uno de sus mayores ejemplos en UN SOÑADOR PARA UN PUEBLO, que inició en 1958 el teatro histórico del autor. Luis Iglesias Feijoo ofrece en la introducción una completa información sobre las fuentes que el dramaturgo utilizó para documentarse y analiza la dimensión ideológica y artística de la obra.
Antonio Buero Vallejo (1916-2000) está considerado como el mejor dramaturgo español contemporáneo. Su vocación teatral sucedió a una primera dedicación pictórica, frustrada por la tragedia de la guerra civil que le afectó muy directamente: fusilamiento de su padre, condena a muerte, cárcel durante más de seis años... Proponiéndose como objetivo convertir el teatro en caja de resonancia de los problemas de nuestro tiempo, la producción de Buero avanza en continua búsqueda de una relación armónica entre la voluntad ética y política, de agitación de las conciencias y una forma dramática de progresiva innovación en el lenguaje teatral. Este teatro intensamente dialéctico tiene uno de sus mayores ejemplos en UN SOÑADOR PARA UN PUEBLO, que inició en 1958 el teatro histórico del autor. Vista desde hoy, la España de Carlos III que aquí se recrea aparece como el momento decisivo en que aflora definitivamente el enfrentamiento de fuerzas sociales e ideológicas que iba a dominar la historia de nuestro país hasta nuestro días. Luis Iglesias Feijoo, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Santiago de Compostela y uno de los primeros especialistas de la obra de Buero Vallejo, ofrece aquí una puntual y completa información sobre las fuentes que el dramaturgo utilizó para documentarse y ser fiel al espíritu de la época, a la vez que analiza la dimensión ideológica y artística de la obra.